AGUAS INFERNALES





            Mucho trabaja Caronte cruzando almas por la laguna Estigia; pero quién sobrevive hoy con un solo empleo. Así el barquero—según los griegos—también cruza las almas a través del río Aqueronte que a diferencia de la Estigia, sí tiene una ubicación geográfica concreta. Este río se encuentra en la región del Épiro, al noroeste de Grecia. Es un río irregular y en algunas regiones sus aguas son subterráneas. Es posible que gracias a esta característica se le haya atribuido ser el camino hacia el mundo de los muertos. Hay otros ríos que también están asociados al otro mundo, como el Flegeton "Horrible" y el Leteo "que da olvido", sobre el que volveremos si no me tocan sus aguas.
               También el Aqueronte tiene una larga historia literaria, aunque antes debo decir que el río tiene la particularidad que nada flota en su superficie salvo la barca de Caronte, lo que se dice una  verdadera explotación monopólica. En el “Fedón”, Platón lo considera el segundo río del mundo; pero el Aqueronte y su barquero deben también su fama a la creación singular de Dante Alighieri, la “Divina Comedia”. En el canto III del Infierno, nos encontramos con el río y su personaje ya cristianizado“... y hasta llegado al río (Aquerón) hablar no quise./ Y entonces fue cuando a nosotros vi venir/ en barco un blanco viejo por antiguo pelo/ gritando: ¡Ay de vosotras, almas perversas!/ ¡No esperéis ya más de ver el Cielo!/ Aquí vengo a llevaros a la otra orilla/ a las tinieblas eternas, al calor y al hielo”...
               Hay un cuento del notable poeta mejicano José Emilio Pacheco que se llama “Aqueronte”, en el relato dos jóvenes que nunca se han visto y es posible que jamás se vuelvan a ver están a punto de conocerse, pero uno de ellos no cruza el río de su timidez y la muchacha se va del bar y el encuentro no se produce. Julio Herrera y Reissig titula uno de sus cuentos “Las aguas de Aqueronte”, en él su protagonista, Rodolfo, quiere morir a toda costa y sus amigos, ya cansados de tanta insistencia, le suministran morfina para que en su delirio crea que ha cruzado el río de la muerte.
               Para algunos el Aqueronte desembocaba en el Averno, un lago oscuro e inmenso. Es frecuente en la mitología que haya lagos generalmente sulfurosos que en su fondo abriguen al mismísimo infierno. Así lo vemos en el “Libro del caballero Zifar”, escrito en la baja Edad Media española. Uno de los episodios más famosos es el del “Caballero atrevido”.  La señora del lago engaña a quienes se acercan a sus aguas. El caballero atrevido sucumbe a los encantos de la dama y esta lo arrastra al fondo del lago. Luego de una serie de  peripecias y de hechos asombrosos, el caballero es expulsado y se descubre que la dama era el diablo en persona. Estos lagos infernales eran frecuentes en la literatura artúrica y el Quijote también los incluye y los parodia.
               Dejo de surcar estas aguas infernales, ya es tiempo de emerger y disfrutar de la luz y de este otoño patagónico.



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