ESA MUJER II
Ser mujer y escribir en gallego es una
ecuación que no resultó muy cómoda para su tiempo. Con esa afirmación
cerrábamos la columna anterior. Cuando uno estudia o se aficiona por el
panorama literario de un país o región es interesante observar los quiebres,
las rupturas, los cambios de rumbo que desembocan en la actualidad. Es ahí
cuando uno aprecia verdaderamente la obra y el esfuerzo de muchos/as
escritores/as que no tienen letras de molde en la historia de la literatura. Al
situarlos en la serie literaria y en su contexto se nos aparecen en su
auténtica dimensión.
¿Qué había antes de Rosalía de Castro en la
literatura gallega? Poco, muy poco, salvo el mencionado y celebrado periodo
medieval. Cuando publicó sus “Cantares gallegos” en 1863, buscaba revalorizar
el idioma y dignificar al pueblo que lo hablaba; mostrar, además que el gallego
era una lengua más que apta para transmitir belleza y cultura. Ese libro es el
banderazo inicial del lento proceso de consolidación de la literatura gallega
moderna. Tiempo después, luego de los muchos hijos y viajes, ya instalada
definitivamente en Galicia, Rosalía publica “Follas novas” en 1880. Sin saberlo
será su último poemario en gallego. En
él aparece la visión de una poeta madura, que ha sufrido las inclemencias de la
vida y sus versos ya no tienen la
alegría del libro anterior, sino una visión sombría de la existencia humana. Aquí
un fragmento de “Negra sombra” que ejemplifica esa visión: “Si cantan, es ti que cantas,/ si choran, es
ti que choras,/i es o marmurio do río/ i es a noite i es a aurora.// En todo
estás e ti es todo,/ pra min i en min mesma moras,/ nin me abandonarás nunca,/
sombra que sempre me asombras”. (Te recomiendo la versión musical
interpretada por Luz Casal). Los ejes centrales de este libro son la “saudade”
y la denuncia social, dentro de ésta ocupa un lugar importante la condición
femenina explotada en el trabajo y la emigración.
Ser mujer y literata era ir en contra de las convenciones
sociales y de hecho Rosalía lo cuenta en uno de sus artículos: “tú no sabes lo que es ser escritora (...) ¡qué continuo
tormento!; por la calle te señalan constantemente, y no para bien y en todas
partes murmuran de ti. (...) Las mujeres ponen en relieve hasta el más
escondido de tus defectos y los hombres no cesan de decirte siempre que pueden
que una mujer de talento es una verdadera calamidad, (...). Sobre todo los que
escriben y se tienen por graciosos, no dejan pasar nunca la ocasión de decirte
que las mujeres deben dejar la pluma y repasar los calcetines de sus maridos,
si lo tienen, y si no, aunque sean los del criado. (...) los hombres miran a
las literatas peor que mirarían al diablo.” Disculpa lo extenso de la cita,
pero creo que sus palabras son asaz elocuentes de los padecimientos de las
mujeres que tenían una exposición pública.
Esta creciente hostilidad a la figura de
Rosalía, sobre todo en Galicia, es proporcional a su fama. Un artículo escrito
en un periódico gallego titulado “Costumbres gallegas”, escrito un año después
de la publicación de “Follas novas” es un detonante mayúsculo porque pone en
vidriera el machismo y la sumisión de la mujer gallega. En ese artículo se
habla de cómo en algunas casas se agasajaba a los marineros que venían de mucho
tiempo embarcados con la oportunidad de dormir en el lecho de algunas de las
mujeres que allí vivían. El texto generó un inmenso revuelo, se le reprochó
contribuir con el descrédito de sus paisanos y de inventar estas situaciones.
Rosalía se indignó tanto por la hipocresía social que negaba estos hechos y la
estupidez de los lectores que resolvió en ese momento abandonar Galicia como
tema, y lo que es peor aún, dejar de escribir definitivamente en gallego.
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