EL GALLEGO Y EL SIGLO XX



Y el “Rexurdimento” desembocó en el siglo que se fue y la lengua, lentamente, cobraba cada vez más fuerza en la cultura letrada. Incluso con la II República se logró el estatuto autonómico y la declaración del gallego como lengua oficial; sin embargo esto nunca entró en vigencia por el estallido de la Guerra Civil. Allí terminó el esfuerzo denodado de Rosalía de Castro, Murguía, Pondal y otros. El golpe de gracia se lo dio “una astilla del mismo palo”, Francisco Franco y su régimen victorioso, un gallego nacido en Ferrol, quien prohibió el uso de cualquier lengua peninsular que no fuese el castellano, incluida la de sus  mayores.
Tengo ante mis ojos un folleto de la década del 40 que supongo se pegaría en comercios o se entregaría en cada casa, parece de ficción pero muestra hasta qué punto se uniformaba y controlaba el habla de la gente; el papel dice lo siguiente: “HABLE BIEN. Sea patriota—no sea bárbaro. Es de cumplido caballero que Usted hable nuestro idioma oficial, o sea el castellano. Es ser patriota. Viva España y la disciplina y nuestro idioma cervantino”. Si bien es imposible suprimir un idioma por decreto, ya que la gente lo hablaba en su círculo íntimo, a modo de resistencia; también es cierto que esa vida soterrada atentó contra las manifestaciones culturales en la lengua nativa que quedó debilitada en todos los órdenes.
Otra vez volvieron los años oscuros. Recién en la década del 50 comenzarán nuevamente las publicaciones en gallego realizadas por una editorial mítica como “Galaxia”, que contribuyó a la recuperación de las letras vernáculas. También comienzan a publicar (algunos ya lo habían hecho antes de 1936) escritores insoslayables de la literatura gallega: Álvaro Cunqueiro, Eduardo Blanco Amor, Ramón Cabanillas, Celso E. Ferreiro, Luz Pozo Garza y los más jóvenes Manuel María y Xosé Luis Méndez Ferrín.
De Celso E. Ferreiro(1912-1979) se cumplen cien años de su nacimiento y te dejo aquí un fragmento de su poema “Echado frente al mar”, en el que realiza una encendida defensa de su lengua:  Lingoa proletaria do meu pobo,/ eu fáloa porque si, porque me gosta,/ porque me peta e quero e dame a gaña,/porque me sai de dentro, alá do fondo/ dunha tristura aceda que me abrangue/ ao ver tantos patufos desleigados,/ pequenos mequetrefes sin raíces/ que ao pór a garabata xa non saben/ afirmarse no amor dos devanceiros”.
Luz Pozo Garza (1922) es otra poeta que ha marcado con su obra el siglo XX. Dueña de un lenguaje exquisito con el que crea climas poco frecuentes en la poesía contemporánea, te  dejo algunos  versos en castellano del poema “Agora que regresa a primavera”: “¿Recuerdas, amigo?/ La luz dejaba formas de saudade/ y la frescura de las piedras/ podía modular los ámbitos del río/ lámina impresionista en la mañana fugitiva.../ Era el tiempo/ en que las muchachas jóvenes recogían los helechos”.
Quizás el escritor más trascendente del medio siglo hasta hoy sea Álvaro Cunqueiro (1911-1981), sobre todo por su versatilidad genérica: ensayista, dramaturgo, poeta y narrador originalísimo. Su narrativa de ciencia ficción y de mundos fantásticos no tiene parangón en las letras peninsulares. Cunqueiro debe su renombre a la calidad literaria de sus obras tanto en el sistema literario gallego como en el castellano. Algo similar sucede en la actualidad con Manuel Rivas (1957), el escritor gallego más reconocido, que aunque escribe en gallego, sus obras son inmediatamente traducidas a varios idiomas, y es considerado por muchos críticos como uno de los grandes narradores españoles. Quizás el éxito de Rivas se deba a “que invita a los lectores gallegos a participar en un proyecto vertebrador de una nueva identidad colectiva en la que conviven valores tradicionales y alternativos”, como sostiene Dolores Vilavedra.

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