VIRALIZADO Y OTRAS YERBAS DEL IDIOMA

 



La noticia se viralizó en pocas horas…” ¿Qué quéééé? Te preguntarás como me lo pregunté al leer esto por primera vez hace ya un tiempo. Sí, habemus novum verbum: viralizar. Y por supuesto inmediatamente se ha puesto de moda en el periodismo y no pasará mucho tiempo que lo tendrás presente en las conversaciones cotidianas. Por lo menos, me dirás, es un verbo formado de un sustantivo español: “virus”; peor son los verbos descorchados del inglés como “faxear”, “linkear”. “tuitear”.


Es evidente que el dichoso verbo proviene del mundo de la medicina y tiene que ver con la forma de expandirse de los virus, la infección, la transmisión entre seres vivos. Del campo medicinal pasó metafóricamente al campo informático, aquí “virus” designó a programas maliciosos que tienen la capacidad de expandirse rápidamente de computadora en computadora como si fuera un virus que ataca las células. Pero, me dirás, si digo que “La noticia se viralizó…” ¿estoy diciendo que se infectó? No, porque hay una nueva metáfora, y en esto tienen mucho que ver las redes sociales y su capacidad de contactarse entre personas. “Viralizar” es, en el mundo digital, cuando un contenido publicado en redes sociales suscita interés de muchas personas y comienza a propagarse por este medio. Sería como el boca a boca pero a mayor escala y donde la clave es la rapidez con la que se propaga/contagia, de ahí su paralelismo con un virus. Lo más probable es que haya un abuso desde el periodismo y ya no sólo se utilice esta palabreja en el ámbito digital sino que invada los demás campos y tendremos textos como “su palabra se viralizó entre los concurrentes…” y otros disparates por el estilo.


Es que no está mal que surjan palabras nuevas (todos los días lo hacen), el problema es cuando esas palabras se usan de forma inadecuada y esa forma es potenciada por los medios de comunicación. Algo de eso ha pasado (creo que alguna vez lo comenté) con el hoy archimeneado adjetivo “intratable” usado erróneamente, sobre todo, por el periodismo deportivo. Ejemplos son recientes titulares como “Un Real Madrid intratable”, “Chelsea sigue intratable en la liga premier”, “Vélez pisa el acelerador con un Pratto intratable”, etc. Ahora bien, uno puede preguntarse qué quieren decir estos titulares; ¿el Real Madrid será inmanejable, ¿el jugador Pratto tendrá mal carácter?, por sentido común uno supone que significan “invencible”, también “brillante”; pero nada tienen que ver con el significado original del adjetivo. Para la RAE el término equivale a “no tratable ni manejable.// Insociable o de genio áspero.// desus. Se dice de los lugares y sitios por donde es difícil transitar”.


Menos popular en los medios es el verbo “adolecer”, pero su uso, en la mayoría de los casos, es inadecuado. Así podemos encontrar titulares como estos: “Nuestro país adolece de una política energética coherente”, “El sector frutícola adolece de sistemas anti heladas eficientes”. En ambos ejemplos “adolecer” se usa como sinónimo de “carecer”, y no lo es; ya que “adolecer” significa “tener algún defecto” o “padecer algún mal”. Puedo decir que tal persona “adolece de soberbia” o que tal otra “adolece de cáncer”, con lo que quiero significar que una tiene el defecto de la soberbia y la otra que padece cáncer.


Ya basta, dirás, no te pongas “carnaza” (como dice mi hija menor) con la manía del uso adecuado de algunas palabras y tu espíritu de maestro siruela. Y quizá tengas razón; pero habiendo tantas y generosas palabras y pudiendo usarlas bien, para qué usarlas mal en nombre de una moda o de una ignorancia disfrazada de novedad.

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