LA DESCENDENCIA


Muchos fueron los que amparados bajo la figura omnímoda de Esopo escribieron fábulas a lo largo de la historia. En Roma se destacó Fedro, este esclavo primero y luego liberto, redactó cinco libros de fábulas en los que se reflejan las condiciones políticas y sociales de los tiempos del emperador Tiberio.

En la Edad Media, la literatura didáctica tiene un gran florecimiento. Aparecen diversos tipos de textos como los “enxenplos”, apólogos y las fábulas que pretenden instruir al lector u oyente. Es de fundamental importancia el papel desempeñado por el imperio árabe. Son los árabes quienes realizan el nexo entre Oriente y Occidente. Gracias a ellos podemos conocer la literatura india, la persa, la bizantina que van a influir en la fábula medieval.

Esto se ve en dos grandes escritores del medioevo español: El infante Don Juan Manuel que en su libro: “El Conde Lucanor” engarza una serie de cuentos, muchos de ellos son fábulas, para aconsejar al señor feudal sobre problemas específicos de su solar.

El otro autor es el Arcipreste de Hita, que en el “Libro de Buen Amor” utiliza diversas fábulas en verso adaptadas a las costumbres e ideología de su tiempo, lo que les da a las historias un matiz muy personal e inédito.

En el siglo XVII, el rey de la fábula será un francés: Jean de la Fontaine. Sus fábulas denuncian el abuso, los vicios y las injusticias de los hombres de su tiempo. Aconseja la resignación, la prudencia y el esfuerzo. Eximio versificador, sus composiciones son de lectura obligatoria en las escuelas francesas.

En el XVIII, dos coetáneos españoles tendrán justa fama en la posteridad: Tomás de Iriarte y Félix M. de Samaniego. Ambos buscan la sencillez y el logro de una obra que enseñe y deleite al mismo tiempo.

El siglo XIX en Argentina no fue muy propicio para la fábula. En la centuria pasada aparecen escritores de peso que cultivan este género, aunque en forma ocasional. Así tenemos a Joaquín V. González que publicó “Fábulas nativas”.

Álvaro Yunque integrante del grupo de Boedo, escribió “Los animales hablan”, en esta obra se reflejan las preocupaciones sociales y humanas de Yunque. Gudiño Kieffer y Marco Denevi también escribieron fábulas; eso sí, muy alejadas de la estructura canónica del género. Un narrador en plena producción como Marcelo Birmajer ha publicado hace un tiempo un libro de fábulas titulado “Fábulas salvajes”, con una de sus historias cerramos esta columna.
“Un león a punto de morir, llamó a todos los animales. Una vez que los hubo reunido en el palacio, les habló así:
--Queridos súbditos, ahora que la muerte me hace esclavo, deseo para vosotros la libertad, que ningún otro de mi raza sea amo de ustedes como yo lo fui, que...
No pudo terminar de hablar. El burro lo había eliminado de una coz en la cabeza.
--Qué has hecho, ingrato—le gritaron los demás animales--.Nos estaba liberando.
--Ahora podemos gritar que somos libres—les respondió el burro--. De otro modo, sólo hubiéramos cumplido su última voluntad.”

Comentarios

Entradas populares