EL AMAZONAS II



               


Dejamos en la columna anterior a Francisco de Orellana, el primer hombre blanco que navegó el río Amazonas y quien le dio ese nombre, para adentrarnos ahora por sus aguas literarias o las de sus afluentes.


               No podía faltar en esta mención algunas novelas del escritor peruano Mario Vargas Llosa. En su segunda obra, “La casa verde”, una parte de la historia tiene como ámbito la selva amazonas, sus habitantes, sus pueblitos y por supuesto el río, en este caso el Marañón, que algunos kilómetros después se une con el río Ucayali, para dar origen al Amazonas.  En Santa María de Nieva, en ese pueblito transcurre parte de la historia de las pupilas indígenas que una vez trasplantadas al territorio “civilizado” terminan de sirvientas o prostitutas, y añoran volver a su mundo selvático. Tanto el Marañón como el río Nieva son centrales en la novela, son escenarios móviles por los que navegan infinidad de personajes, entre ellos Fushía, un contrabandista y saqueador. El desplazamiento por el Marañón de Fushía y Aquilino desde la isla situada en el río Santiago hasta el lazareto de San Pablo, tiene una duración de treinta días, sin embargo ese viaje en el que se despliega toda la vida del delincuente es también un viaje mítico y transforma al río en un símbolo.


               “Pantaleón y las visitadoras” es otra de las novelas del escritor peruano que tiene como eje excluyente la ciudad de Iquitos, sus lugares, su clima, el río Amazonas y sus afluentes. Por esos ríos se desplaza el barco que lleva a bordo el servicio de visitadoras del ejército (prostitutas) a cargo del capitán Pantaleón Pantoja, van rumbo a las guarniciones más alejadas en medio de la selva amazónica.


               También otro narrador peruano, Ciro Alegría, en su novela “La serpiente de oro”nos habla de su atracción por el paisaje selvático y su gente: “Quería que el personaje central fuera el «Marañón» mismo, presidiendo la vida de los balseros y gentes de aquellas regiones, presentada en cuadros rápidos de los cuales el nexo fundamental sería el río”.


               El narrador colombiano William Ospina se ha propuesto escribir una trilogía sobre el río Amazonas, sustentada en una rigurosa investigación histórica. Ya publicó Ursúa, (2005) basada en la figura del conquistador Pedro de Ursúa, quien repitió casi veinte años después la ruta de Francisco de Orellana, pero no tuvo un buen final ya que fue traicionado y asesinado por Lope de Aguirre. La novela, narrada por un amigo fiel seis años mayor que el protagonista, cuenta con lujo de detalles el mundo amazónico. El año pasado se publicó la segunda novela titulada “El país de la canela”. La trilogía no respeta el orden cronológico, ya que es esta novela la que debería iniciar la zaga, porque en ella se relata el descubrimiento del río Amazonas. 

            La lista es bastante extensa, pero no nos proponemos un inventario, rescato una obra a modo de homenaje, “La vorágine” en la que se retrata como pocas veces la selva, sus ríos y sus personajes; y otra a modo de curiosidad: “La jangada. 800 leguas por el Amazonas” de Julio Verne, quién jamás salió de Francia.

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