PERSONAJES

             Existen personas que son conocidas por sus anécdotas; bah, todos en el fondo somos una sucesión de anécdotas, salvo que para la mayoría es una sucesión reiterada, con historias grises, que pueden interesar sólo a nuestro círculo más íntimo. La vida de las personas comunes, de vez en cuando, tiene un pico en el osciloscopio de las emociones, como esos experimentos fílmicos de Andy Warhol en los que había que esperar varias horas para que suceda algo. 


Pero seguramente vos recordarás a alguna persona de tu entorno o de tu lugar a la que le suelen acontecer anécdotas prodigiosas y las convierte en verdaderos personajes. No pienso en esos individuos que por su forma de vida al margen de las convenciones (ya sea por elección o problemas mentales o adicciones) se vuelven pintorescos, en muchos casos injustamente risibles, como los linyeras(me viene a la memoria Cachilo, el linyera poeta de Rosario), o bien algunos personajes de mi pueblo como lo fue Purrán en mi adolescencia o el Titino hace un tiempo. 


No, quiero hablarte de gente a la que le suceden cosas todo el tiempo, ¡y dignas de contar! 


El primero que viene a mi memoria es “el Turco”, conocido por los más íntimos como “El Manú”, un viejo ferroviario pampeano que deambulaba por bares y cafés contando historias prodigiosas. Había elegido ese tipo de vida, caía a la casa de los amigos a cocinar y así se aseguraba el alimento. Amigo de rufianes y de varones ilustres; se jactaba de ser muy conocido de algún gobernador pampeano y de uno neuquino, pese a la incredulidad de casi todos, grande fue la sorpresa cuando fue recibido por ambos mandatarios. De las innumerables historias, refiero una: gracias a su habilidad con los papeles y la contabilidad, armó una pequeña empresa ficticia con el propósito de sacar un auto cero kilómetro con la mínima cantidad de dinero. Cuando lo felicité por su adquisición me dijo que le iba a durar unos seis meses y que luego se lo llevaría la agencia, porque él no tenía cómo pagarlo. Y así fue, en ese tiempo que le duró el auto volvió a recorrer los pueblitos de La Pampa, algunos del norte neuquino y otras provincias cercanas. 



De personajes como el “
Manú” Abdala está llena la literatura de Osvaldo Soriano, recuerdo a Coluccini, ese prestidigitador y equilibrista para quien 
l’avventura è finita y recorre los pueblos perdidos de Argentina en un Gordini “lleno de valijas sobre el techo y un paragolpes alto como un camión. Tenía la carrocería llena de parches y las gomas nuevas…”, así se lo describe en la novela Una sombra ya pronto serás”. Coluccini, un gordo de 120 kilos, más porteño que el obelisco, que habla siempre ante los desconocidos en italiano, es doblemente personaje, como construcción y porque le pasa de todo a lo largo del libro. 


A quien siempre la pasaba de todo era a mi amigo Carlitos. Él sí era un festival andante de anécdotas, además las contaba como nadie, las lucía y la charla era una fiesta. Te dejo solamente dos referidas a una famosa camioneta Peugeot 403 verde.  El vehículo tenía una cúpula térmica porque vendía jugos concentrados y tapas de empanadas. Paseando en ella un domingo a la tarde, y por saludar a unos amigos que iban por la mano de enfrente, perdió el control y en plena avenida le borró el lateral izquierdo a una camioneta y dos autos ante la atónita mirada de los dueños. La cúpula de esa Peugeot fue testigo del estreno amoroso de toda una promoción del colegio industrial la noche de la colación, entre bidones de jugo y masas de tarta, Carlitos regenteaba los turnos en la improvisada casa de citas.  


La primera novela moderna está basada en las anécdotas, graciosas y de las otras, de un personaje, el Lazarillo de Tormes. De ella deriva una estructura, la novela centrada en un protagonista construido como una sucesión de anécdotas que ha tenido una larga historia dentro de la literatura. 


Ja, mientras termino, me acuerdo y me río de aquella vez en que mi amigo Carlitos… 

Comentarios

  1. Muy interesantes las anécdotas. La que se refiere a "Carlitos" y habiendo tenido el placer de conocerlo , escuchar sus aventuras y quererlo, porque ""Se hacía querer "",,me llega su Recuerdo, Inolvidable. Muchos de sus sobrinos , o amigos de los mismos, disfrutaron de su cariño y del tiempo que Él dedicaba ,a las travesuras infantiles... Fuiste y serás, el tío Carlos, motivo de charlas y recuerdos cariñosos.

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    1. Gracias por tu aporte...inolvidable el gran Carlitos.

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