EUFEMISMOS

Se entiende por eufemismo (eu= bien, buen + femí=decir) la "manifestación suave o decorosa de ideas cuya expresión directa sería dura y malsonante". Como siempre me han gustado las etimologías, esa historia impúdica de las palabras, en este caso muestra al eufemismo como una cortesía, un gesto de buen gusto.
Sabido es que todo lenguaje carece de inocencia. El lenguaje nos ayuda a revelar, develar la realidad que de otra manera permanecería muda, ininteligible. El punto de máxima tensión del lenguaje está en la poesía, en los textos religiosos, en los mitos. Allí la palabra nos introduce a nuevas realidades, devela nuevas ámbitos, nos descubre lo insospechado, lo no visto, lo oculto.
Pero también el lenguaje sirve para ocultar, disfrazar, distorsionar determinados sucesos, porciones de realidad de acuerdo con los intereses de quien toma posesión de un discurso prestigioso(poderoso) o bien de una sociedad que decide esconder sus tabúes de época.
Es decir que el eufemismo, pasa de ser una figura retórica con un valor positivo, a transformarse en aquello que se oculta por específicos intereses. La sociedad victoriana, la iglesia ocultaron, por ejemplo, casi todos las palabras que nombraban lo relacionado a lo sexual. De allí, palabras tan graciosas, sobre todo por el referente que ocultan, como "pajarito" para no decir pene. "Hacer el amor" es una expresión que puede desconcertar a más de uno. La mayoría de las personas tropezamos con ¿qué cosa es eso del amor?, si no sabemos qué es ¿cómo diablos lo vamos a hacer?
Para ocultar el cuarto donde depositamos nuestras heces y la orina lo disfrazamos con palabras elegantes; en España se llaman "servicios", en Argentina todavía se usa la voz francesa "toilette".
La diplomacia es un caso testigo de hipocresía verbal, de no llamar a las cosas por su nombre. Se sabe que en el ámbito empresarial la palabra "reestructuración " ha perdido su sentido primero para significar simplemente "despido de personal". "Perfil de la empresa" es una expresión aplicable a un sin número de situaciones, ya sea para elogiar a un obrero o para despedirlo por no ajustarse a él. Ahora bien, nadie tiene en claro qué es eso del perfil.
Repito: el lenguaje no es inocente. Hay una frase que ha cundido como la plaga, toda institución, empresa u organismo que se precie debe tener su oficina de "recursos humanos". Me niego a ser un recurso, no lo soy. Un recurso es un medio que sirve para conseguir lo que se pretende. El hombre es una finalidad en sí, no un medio. Las oficinas de "recursos humanos" son eso: un lugar donde los hombres y mujeres son una PC, un martillo, un automóvil, un objeto más en el inventario.
Y en estos tiempos de guerra, el cinismo también se viste de eufemismos. "Daños colaterales" llaman a la matanza indiscriminada de niños, mujeres, ancianos. "Daños colaterales" llaman a la destrucción masiva de las viviendas, de los patrimonios culturales, de los hospitales. "Ayuda humanitaria" a las migajas que pretenden tapar tanto horror, tanta injusticia que unos hombres cometen contra otros.

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