POE


Si hay un escritor que está en el inicio de la literatura contemporánea como figura iniciática en varios aspectos, ése es Edgar Allan Poe. Leer a Poe es asomarse a un mundo tenebroso y sin embargo perfecto; como piezas de relojería sus cuentos fueron el molde en el que se forjó gran parte de la tradición cuentística posterior.

Nacido en Boston en 1809, huérfano a los dos años, su infancia y juventud transcurren en Virginia, en ese sur esclavista con una fuerte influencia del folclore negro con su música, y sus leyendas de ultratumba. Enamoradizo --siempre de mujeres imposibles--, tenaz bebedor y consumidor de opio, Poe concurre a la universidad y agrega a sus pasiones, la del juego. Enemistado con su tutor, éste le retira su apoyo económico y el escritor agrega a su lista de acompañantes una que lo seguirá hasta la muerte: la miseria.

En casa de su tía, María Clemm, en Baltimore, escribe sus primeros cuentos y logra reconocimiento literario lo que le permite colaborar con diversos periódicos y lo llevan a una vida trashumante por Nueva York, Boston o Filadelfia. Siempre acompañado de su tía y de su prima, Virgina, con quien se casa.

Su vida estuvo signada por el constante vaivén de su labor de escritor, sus crisis nerviosas, la angustia, las depresiones. Todo esto se exacerba cuando muere Virginia. Desde ese momento y durante dos años, tiene pocos momentos de lucidez. En 1849, en una oscura calle de Baltimore, en la puerta de una taberna, muere Poe.

“No es lo mismo la oscuridad de expresión que la expresión de la oscuridad”
. Esta frase del escritor bien puede condensar su poética. A la rigurosidad de su estilo le agregaba una clara conciencia (justo él), de los engranajes de la composición literaria, plasmados en ensayos notables, como “Filosofía de la composición”, que explica de qué manera escribió su poema más famoso, “El cuervo”.

Debido a sus penurias económicas, Poe escribe poesía en su juventud y al final de su vida. Los poemas tienen marcada influencia europea y se caracterizan por ser diferentes en cuanto a sensibilidad y estética de todo lo que se escribía en ese momento en ambas márgenes del Atlántico. Así, con los años, su poesía influirá en Baudelaire, en los simbolistas y parnasianos que están en el vestíbulo de la poesía actual.

Pero Poe debe su fama a un género del que se lo considera maestro: el cuento. Esos relatos son verdaderas “expresiones de la oscuridad”. Atmósferas enrarecidas, sombras, bajo fondos, un manejo perfecto del suspenso y la omnipresencia de la muerte en “Ligeia”, “El corazón delator”, “El gato negro”, etc.

“Los crímenes de la calle Morgue”
inaugura un género de favorable fortuna, el relato policial. Poe crea el primer detective moderno, Auguste Dupin, dueño de una inteligencia sublime que heredarán otros célebres investigadores, entre ellos Sherlock Holmes.

Sus personajes anuncian ya al hombre contemporáneo, perdidos entre sus pasiones y la fatalidad están más cerca del sin sentido que de la salvación.

Tumba de Poe en Baltimore

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