CALDWELL


Siempre me ha interesado trazar o reconstruir la ruta que lleva al encuentro de un lector con un autor y su obra; más si ese autor y sus libros no tienen actualmente el prestigio otorgado por las instituciones culturales. Sucede con autores de todas las épocas. De uno de ellos quiero dejar algunas notas de ese encuentro.

Fue Osvaldo Soriano, el autor de “A sus plantas rendido un león”, el que puso el hito Caldwell en mi mapa literario. Soriano con sus permanentes elogios sobre este narrador despertó mi curiosidad lectora. Encontrar un libro del escritor estadounidense era y es una tarea esforzada. Hasta que en una mesas de usados y saldos di con una edición colombiana de “El camino del tabaco” publicada en Estados Unidos en 1932.

La experiencia de lectura de esta novela seguramente no dejará indiferente a nadie, pocas veces la pobreza ha sido retratada con tanta crueldad, sarcasmo, ironía y hasta humor. El rostro oculto del sueño americano ambientado en el sur, más precisamente Georgia, con sus tensiones sociales, la marginación y el olvido emerge de sus textos con una crudeza y una violencia inusitadas.

Sus historias describen la vida de los obreros de Georgia, sus condiciones sociales y morales. Retratan las consecuencias que la Gran Depresión de los años 30 trajo para toda la economía campesina del marginado sur, encarnadas en pequeñas familias que se hunden en la pobreza, pese a su feroz resistencia y con ella se hunden sus valores. En el fondo los protagonistas de Caldwell son guerreros, la batalla—perdida de antemano—es contra el hambre y la degradación. Así en la diaria lucha por conseguir el sustento familiar van cediendo terreno y se borran las antiguas fronteras del bien y el mal. Indignidad y marginación es el resultado del presente.

Ese mundo narrativo construido por Caldwell en novelas y cuentos magníficos es también una feroz acusación al sistema social y económico de su país. Lo que sorprende es que muchos de esos elementos de su mundo narrativo bien podrían ser los de la realidad campesina de algunas regiones de la Argentina. Los pequeños productores de algodón, arroz, tomate, azúcar, uva, etc., se asemejan en más de un aspecto a los Lester, la familia protagonista de “El camino del tabaco”.

No sorprende entonces que el escritor norteamericano haya influido en varios narradores argentinos y latinoamericanos como el mencionado Soriano, Onetti que tradujo alguna de sus obras o Mempo Giardinelli, que en “Tiempo de cosecha”, uno de sus cuentos más logrados, le dedica estas palabras: “A Erskine Caldwell, a cuya influencia no pude sustraerme, quizá porque su tierra y mi tierra están emparentadas por los infinitos e insondables misterios de esta América”.

Clásico a la hora de narrar, Caldwell es un maestro en la construcción de personajes a los que caracteriza, a veces, con mínimos pero sugerentes detalles. Erskine Caldwell nació en 1903 en White Oak (Georgia). Fue periodista, agricultor, corresponsal de guerra antes de dedicarse de lleno a la literatura. Murió en 1987.

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