LOS JUGLARES
De la poesía oral griega saltamos a la Edad Media, Roma es letrada fundamentalmente y sus aportes orales han sido menos significativos en el mundo de las letras.

Hay en la Edad Media una figura central, el trovador, también llamado juglar, especie de cantor popular y artista circense, ya que era frecuente que en cada presentación realizara malabares, pruebas de equilibrio que atraían al público; pero todos esperaban esos poemas que en la España cristiana les traían noticias de la guerra, poemas que les recordaban un pasado reciente y heroico, que hablaban de grandezas y bajezas de reyes y príncipes, de seducciones, traiciones y lealtades de reinas y princesas.

Los juglares dominan unas composiciones extensas que recitan durante varios días en la plaza del pueblo, composiciones que cada atardecer, después de la labranza, atraen al auditorio deseoso de escuchar cómo continúa la historia. Son los Cantares de Gesta, cantares de guerra, como el "Cantar de Mío Cid", el primer poema épico castellano que conocemos completo.

Poema que comienza con el destierro, el héroe es expulsado por el rey y la escena es trágica:" De sus ojos tan fuertemente llorando/giraba la cabeza y los estaba mirando./Vio puertas abiertas, muebles sin candados/..." Seguramente aquí el juglar mostraría todas sus dotes actorales para transmitir el texto a los oyentes y así tenerlos cautivo de sus palabras por el resto de la función.

También los juglares, andando el tiempo, comienzan a cantar unos poemas más cortos, más sencillos, que hablan de lo que pasa en la guerra contra el infiel, de amores, de odios, de vida y de muerte. Esas humildes construcciones son lo más perdurable de la poesía española oral, son los romances.

Romances que llegan hasta la actualidad y que en la época de la conquista pasaron al nuevo mundo y se adaptaron a él, se modificaron y se crearon nuevos con temática americana.

Citar estas joyas de la poesía universal sería interminable, pero no resisto la tentación y ahí van algunos versos añejos para saborearlos como un buen vino: "Amenábar, Amenábar/moro de la morería/ el día que tú naciste/grandes señales había..."; composición en la que se mezclan rasgos árabes y cristianos. O este otro "¿Quién hubiera tal ventura/sobre las aguas del mar,/como hubo el infante Arnaldos/la mañana de San Juan!"

Con ellos nace la poesía en nuestra lengua, y así lo describe el poeta Pedro Salinas. " el habla primitiva de Castilla se descubre un nuevo uso, algo más que decirse las cosas caseras y campesinas. Este nuevo uso tan nuevo, tan misterioso es el canto. Van por las tierras unos hombres que al son de una música lanzan al aire los poemas. Y las gentes del burgo y de la gleba oyen asombradamente que aquellas mismas palabras que ellos se intercambian para las cosas de su vivir humilde, se transfiguran y dicen ahora cosas inauditas que despiertan en los oyentes secretas resonancias. Es que se ha encontrado el idioma con la poesía".

Juglares de las Cantigas de amigo, de Alfonso X.

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