IRSE O QUEDARSE

Escritores provincianos que se fueron hacia la metrópoli por diversos motivos, lograron desde ahí el reconocimiento literario. A los ejemplos ya dados, algunos generosos lectores aportaron más datos. Eduardo Mallea, autor de "Historia de una pasión argentina", y numerosas novelas nació en Bahía Blanca y en sus textos hay siempre alusiones explícitas e implícitas a su terruño natal.

Eduardo Belgrano Rawson es puntano. Este escritor y periodista que vive actualmente en Buenos Aires, escribió una de las mejores novelas de la década del '90: "Fuegia", en la que cuenta la historia de una familia de nativos fueguinos, canoeros, que vivió en aquella isla a comienzos del siglo.

De Tucumán llegó un día un notable poeta que luego devino en excelente narrador, especialmente de cuentos, Juan José Hernández, hoy algo relegado por las modas literarias, pero un autor singular en el panorama argentino de la segunda mitad del siglo XX.

En un derrotero particular, Mempo Giardinelli, autor de "Luna caliente", un thriller negro ambientado en el norte argentino, vino del Chaco hacia la Capital, de allí al exilio y luego desandó el camino para vivir hoy nuevamente en su provincia.

Coronel Pringles es el solar de un narrador, ensayista y traductor sobre el que se vierten los más dispares juicios: César Aira, quien escribió novelas como "La Liebre".

De la misma provincia, pero de Adrogué vino a estudiar historia otro narrador, teórico y ensayista renombrado como Ricardo Piglia, ganador de un polémico premio años ha con la novela "Plata Quemada".

En la localidad de Choele-Choel nació en 1927, Rodolfo Walsh, célebre autor de relatos policiales y de un género que él anticipó: el relato de "non-ficción", atribuido por los historiadores de la literatura a T. Capote. Rosarino es Juan Martini, quien escribió en la década del '70 varias novelas policiales insoslayables en la literatura argentina, como ejemplo podemos citar "Los asesinos las prefieren rubias".

La lista sería interminable, hay algunos casos especiales; las de aquellos escritores y escritoras que lograron construir una obra respetada desde sus lugares y que luego por distintas razones tuvieron que irse del sitio natal.

Juan José Saer es santafesino. Desde su provincia publicó algunos libros que le valieron la consideración del público. Pero gran parte de la obra de Saer está escrita desde París, aunque la temática sigue siendo la zona del Paraná.

Daniel Moyano, porteño de nacimiento y cordobés-riojano por adopción, se destacó por sus novelas y cuentos, entre ellos "La lombriz". Con una temática kafkiana en muchos casos pero ambientada en una atmósfera provinciana la narrativa de Moyano es otra gran contribución de los narradores del interior que renovaron la forma de contar en Argentina a partir de los '60. El exilio lo depositó en España, lugar en el que hoy se lo reconoce y valora quizás más que en nuestro país.

Angélica Gorodischer nació en Buenos Aires, pero realizó el camino inverso y reside en Rosario. Desde ese sitio y mediante una producción de gran calidad, es una de las referentes de la literatura de Ciencia Ficción hecha en español.

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