CARTAS Y ESCRITORES

Y el ciclo de la carta va llegando a su fin. Interesa destacar ahora a los escritores y escritoras que han tenido predilección por el género epistolar para comunicarse con sus amigos, amantes, editores, lectores y que constituyen hoy textos que brindan un acceso diferente, una mirada muy particular casi cotidiana a la vida y la obra de un autor.

Un gran escritor de cartas en el mundo latino fue sin dudas Cicerón, nos han llegado alrededor de 900 cartas dirigidas a familiares, a Ático, su amigo íntimo y a diversos personajes. Estos textos son verdaderos testimonios de la época y a pesar de que la mayoría tiene la intención de la privacidad, aparecen en ellos los rasgos propios del gran estilista que fue Cicerón.

Franz Kafka, el autor de "El proceso", escribió gran cantidad de cartas sobre todo a su novia y eterna postergada Milena. Esas cartas son testimonios de sus escritos, de su tortuosa relación familiar, de su trabajoso vivir y de la complejidad del alma kafkiana.

Escritor obsesivo si los hubo, ese fue Flaubert, el padre de "Madame Bovary"; se conservan varios volúmenes de cartas, merecen destacarse las escritas a Louise Colet, en muchas de ellas Flaubert reflexiona sobre el arte, la escritura y detalla las vicisitudes que le acarrea la composición de tal o cual personaje.

Frondoso también es el epistolario entre dos cumbres literarias alemanas, Goethe, ya viejo, ya consagrado que aconseja y discute; y Schiller, joven que disiente, se rebela y trata de exponer la estética romántica.

Si uno hojea los tres tomos de correspondencia de Julio Cortázar, además de sorprenderse por la cantidad de cartas, también permite ver a un hombre comprometido con los problemas de su tiempo, e incluso a personajes reales que luego pasaran a integrar alguna de sus obras.

Las cartas de amor de escritores y escritoras han tenido amplia difusión, aunque muchos de ellos no pensaron jamás en su difusión. Es posible leer hoy las cartas de amor de Joyce a Nora Barnacle, las de Neruda a Matilde Urrutia o las de Simone de Beauvoir al novelista Nelson Algren. Éste busca por todos los medios que la francesa se separe de su pareja "oficial", Jean Paul Sartre, pero no lo logra.

Curioso es el epistolario amoroso entre Hannah Arendt, la pensadora judía y el filósofo filonazi Martín Heidegger, cartas donde se mezclan el amor, la agudeza intelectual y sus diferencias ideológicas y éticas.

Cartas de amor son las que cruzan de una punta a la otra de Latinoamérica para mantener unidos a la novelista Elena Garro, mujer de Octavio Paz, y a Adolfo Bioy Casares.

Hay escritores que han renunciado a escribir cartas, uno de ellos es García Márquez, "no escribo más porque mis intimidades secretas son sólo mías, y ya no quiero que alguna gente venda mis cartas a las universidades, a los diarios; así que ahora sólo uso el teléfono".

Las cartas privadas se hacen públicas con la excusa de conocer mejor al autor de una obra, excusa que disimula cierto morbo naturalmente humano.

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