EL MOTIVO DEL VIAJE

El viaje como unidad narrativa está en el comienzo mismo de la literatura. Conviene hacer una salvedad antes de internarnos en el tema: existen libros de viaje como el diario de Colón o los textos de Marco Polo; no es a ese tipo de construcción a la que me referiré en este espacio, sino al viaje como centro de una composición teóricamente ficticia.
Ya en los mitos griegos el tema del viaje servía como columna vertebral a todo el relato; todo héroe realizaba una salida hacia un destino impuesto o buscado, debía luego pasar por una serie de pruebas que tenía que superar por fuerza o ingenio y finalmente retornar al lugar de origen.
Esto lo hace Teseo desde su hogar en Trecén hasta Atenas y desde allí a Creta para liberar a los atenienses del Minotauro y por último regresar a la capital griega. Viaja Jasón en el "Argos" en busca del Vellocino de Oro, viaja Heracles que debe sortear los siete trabajos para ser rey de Micenas. Viajan estos mitos de ciudad en ciudad, de época en época.
Pero el primer gran monumento literario sobre el viaje está en Homero, autor a quien se atribuye la invención de la "Odisea", término que es hoy sinónimo de un viaje lleno de contratiempos.
La "Odisea" cuenta la historia de Ulises en el regreso a su patria, Ítaca. En ese largo periplo desde Troya a su hogar, vive las más variadas aventuras, en las que en muchos casos pone en riesgo su vida y que él sortea gracias a su fina inteligencia.

También desde el mundo árabe llega un relato-río, construido ni más ni menos que para hechizar a la muerte, "Las mil y una noches" narradas por la princesa Sherezada. Innumerables viajes hay allí, pero rescato aquellos que tienen como protagonista al gran Sinbad, el marino, que viaja por lugares que despiertan el ensueño y la imaginación.
Viaja Eneas desde su derrotada Troya hasta el lugar donde algún día se levantará el Imperio Romano, no sin antes encallar en las costas cartaginesas, visitar el Averno y tomar parte de algunas batallas, amoríos y otra serie de aventuras que hacen de la "Eneida" uno de los grandes monumentos de la creación romana.
Viaja Dante en compañía de Virgilio, de Beatrice por esa pesadilla de la imaginación humana que es el infierno; viajamos los lectores por esa maravilla literaria que es la "Divina Comedia".
Viaja Ruy Díaz de Vivar, más conocido como el "Cid Campeador" desde su Burgos natal hacia ese territorio temido e incierto que es el del exilio. Después entrará en mil batallas por los campos moros y tomará Valencia, hazaña que será reflejada en nuestro primer poema épico en lengua castellana: "El poema de Mío Cid".

Viajan los pícaros como el "Lazarillo de Tormes" y el "Guzmán de Alfarache" por la vida española del siglo XVI.
Viaja Alonso Quijano, transmutado en Don Quijote por ese campo de La Mancha que es todos los campos. Don Quijote es el viajero sin norte físico determinado, el viajero cuyo horizonte es la utopía.

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