SPANGLISH II

En la columna anterior hablamos de las características del spanglish, esa jerga híbrida hablada por la comunidad hispánica en los Estados Unidos y que provoca una fuerte polémica en el campo de las letras con sus adhesiones y rechazos.

Es claro que el spanglish da una oportunidad de comunicarse en dos idiomas al mismo tiempo y quizás busque obtener cierto sentido de pertenencia a dos culturas. Como ratifica su ultradefensor, Ilán Stavans: "Hay puristas que dicen que el spanglish es una prostitución del idioma. Pero para nosotros es algo habitual. En última instancia nace de la necesidad. No es otra cosa que el resultado de tratar de adaptar una cultura a la otra". Pero el catedrático mexicano va más lejos al asegurar que "en Estados Unidos tiene más futuro el spanglish que el español".

La polémica viene de lejos y tiene un largo futuro. Para algunos teóricos es una muestra de creatividad lingüística, para otros simplemente una torpeza idiomática nacida de un mal español disfrazado de spanglish.

Al parecer la anécdota le pertenece al escritor chileno José Donoso, que pasó muchos años enseñando literatura en las universidades estadounidenses. En un comercio al que ingresaron el autor de "El jardín de al lado" y un amigo se acercó un empleado hispano que al oírlos hablar les preguntó: "¿Qué puedo hacer por ustedes?" . A lo que Donoso, un poco ofuscado, le respondió: " Por mí nada, pero yo sí voy a hacer algo por usted. Le voy a dar la dirección de una buena librería para que se compre un libro de gramática española".

Es cierto que bien mirado, en Argentina todos hablamos una variante reducida de spanglish en determinadas materias de conversación. Qué otra cosa es escuchar a expertos o legos en informática hablar de: P.C., mouse, hardware, software, email, chat y otras yerbas. Y en algunos ámbitos de la economía, la publicidad y en las vidrieras de algunos comercios aparecen palabras como merchandising, leasing, outlet, sale, en un intento de dar prestigio(?) al lugar, a quien lo usa o como un claro ejemplo de esnobismo(palabra también castellanizada).

Recuerdo una anécdota de un amigo agrónomo en un curso sobre alfalfas; el expositor interrumpió su charla para "un coffee break", expresión que provocó desconcierto en más de uno y perplejidad al descubrir "tanta paparruchada inglesa, che, para decir que nos tomábamos un cafecito y después seguíamos".

Pero hasta ahí todo quedaría en simples préstamos lingüísticos, algunos innecesarios porque tenemos el equivalente español que no usamos ya sea por ignorancia, por comodidad o por cierto vedettismo. Más polémica es otra variante del spanglish que adapta palabras inglesas y las castellaniza de cualquier forma; es cierto que el ámbito es restringido y suele ser el de la tecnología, así inventamos verbos como: chatear, faxear, freezar, escanear, deletear, formatear.

En fin, no sabemos qué será del spanglish en Estados Unidos en el futuro. Sabemos sí que el español nuestro de cada día es una lengua que se reconstruye a cada momento y que en esa reconstrucción tiene mucho que ver la inteligencia y la competencia lingüística de sus hablantes.

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